San Juan de los Morros| ¿Quién en San Juan de los Morros no conoce al popular “José”? Él es todo un personaje. En este material te revelamos aspectos de su vida que tal vez no conocías.
José Rafael Seijas, ese pintoresco invidente que recorre las calles sanjuaneras vendiendo dulces y hallaquitas, nació el 7 de agosto del 1956.
Único hijo de una madre a quien recuerda con alegría, “una catirota linda y bella, alta, jovial, muy recta, una campesina con una visión positiva.
“Ella era maestra y falleció cuando yo tenía 27 años”, contó José al principio de nuestra charla.
Su nueva familia
Actualmente nuestro entrevistado reside en una comunidad bautizada con el nombre de “Los Brazos de Lourdes”, justo al frente del Hotel “Los Morros”.
Allí, comparte con una familia que lo acogió con mucho cariño, aunque no comparten la misma sangre.
Estudios
José cursó la primaria en la ciudad de Caracas y el bachillerato en San Juan de los Morros.
“Por no poner empeño no seguí estudiando, aunque me hubiese gustado ser comunicador social”, expresó José.
Talento
“Mi hobbie y talento es la música, sé tocar el teclado y la guitarra. Me gusta el género popular” suelta José cuando le preguntamos por su pasión por la música.
Todo el que lo ha visto, sabe de su apego a una manera de ganarse la vida, “Trabajo desde los 15 años, vendí cuadros, también aprendí a forrar muebles”.
Tiene un hijo
Reveló con un poco de melancolía que tiene un hijo que reside en La Victoria, estado Aragua.
“Yo me porté mal, no fui un buen padre y me alejé de él, nunca lo busqué por miedo al rechazo”, contó.
Su ceguera
El origen de la ceguera de José es una duda que nos acompañó desde que nos planteamos una entrevista con él.
“Sufrí de meningitis a los 5 meses de nacido. Tuve visión hasta los 7 años, después de una pelea con un primo, un objeto se incrustó en mi ojo izquierdo dejándome sin visión”.
“Como yo no tenía hermanos, no tenía con quien jugar, y hasta que tuve visión, me acostaba a ver el cielo de día y de noche. De hecho, mi color favorito es el azul y lo recuerdo mucho” recuerda con un gesto de añoranza.
Sobreponiéndose
La ceguera no ha sido impedimento para que este personaje sanjuanero pueda avanzar. José es ampliamente conocido, a diario lo vemos con una sonrisa en el rostro ganándose la vida con la venta de dulces y hallaquitas.
En relación a su estado de salud cuenta que no padece ninguna enfermedad. Sin embargo dice, “sufro de tensión emotiva, me pasa cuando recibo fuertes emociones y de resto los dolores por la vejez”.
En estos casos “tomo agua con azúcar o me como algún dulce y controlo mis emociones”.
Comenta que debe asistir al médico ya que recientemente su oído izquierdo comenzó a fallar y debido a su falta de visión, su tacto y oído son sentidos que le permiten valerse por sí mismo.
Este patrimonio cultural cuenta que recibe todos los bonos del gobierno, y la pensión. Sin embargo, en un país golpeado por la crisis es necesario salir a la calle a buscar el pan de cada día y José no es la excepción.
Un filósofo
José es el personaje ideal para conversar: con una amplia cultura y una capacidad crítica. Ocurrente y creativo. Lo más admirable de este hombre es su optimismo y su sentido del humor.
En medio de la entrevista nos regaló unas reflexiones que quisimos dejar como regalo para nuestros lectores; así piensa y vive este insigne ciudadano:
Sobre la vida
“Quiero vivir hasta que mi jefe lo decida (Dios), pero me gustaría vivir 65 años más, y que me permita cada día defenderme. Que me de fuerza para ganarme la vida”.
Sobre la discapacidad
“La discapacidad no existe, se hace grande cuando quien la sufre lo permite. Mientras tu pensamiento sea bueno tienes todas las capacidades para llegar muy lejos, los límites están en la mente“.
Sobre el optimismo
“Tomemos las enseñanzas de ayer y apliquémosla al hoy. Vivamos intensamente cada día, inyectemos a nuestro cuerpo energías positivas para ser mejores”
Lucianni Perez. ECS/Unerg.