La historia se perfuma del sudor, las lágrimas y la satisfacción del deber cumplido de esos héroes anónimos que nadie ve, pero están allí haciendo lo correcto, en el lugar y el momento justo. Son gente resteada dispuesta a lograr los objetivos trazados por encima de su propio ego, sin esperar la foto pública o la medalla de honor. Es como si Dios mismo les hubiese dado el don del sentido de la ocasión como propósito de vida para ser usados en justicia y canal de bendición para multitudes; en silencio, donde aparentemente nadie los ve; ellos simplemente están cuando deben y dónde deben ocultos tras los pequeños detalles que marcan las grandes diferencias.
De esta manera, la historia viene marcada por acontecimientos cargados de la valentía y heroísmo de personas que se atrevieron a cumplir con su misión; tal como sucedió en el año 2002, por este tiempo, cuando las instalaciones de VTV fueron tomadas por la Policía de Miranda y se le prohibió a sus trabajadores laborar e informar la verdad de lo que sucedía.
Por un momento se había roto el hilo constitucional y el pueblo reclamaba saber si la noticia sobre la supuesta renuncia del Presidente Chávez era cierta o no; pero el Canal del Pueblo había sido secuestrado.
Indudablemente, estábamos ante la presencia de un golpe de estado y fueron las tropas comandadas por el, para ese entonces, Capitán Óscar González Ortíz quienes lograron rescatar la Televisión de los Venezolanos y ratificar que Hugo Chávez no había renunciado a través del restableciendo de la señal efectuado por Jesús Romero Alsenmi, presidente del Canal junto a los fiscales Danilo Anderson y Sader Chanton, además del Profesor Aritóbulo Istúriz, el camarógrafo Efraín Castro y varios técnicos de VTV.
Luego, el alto mando militar desconoció el gobierno de Carmona Estanga y el Fiscal General Isaías Rodríguez anunció en rueda de prensa que el gobierno de facto era completamente inconstitucional. Ya en la madrugada del día 13 el bravo pueblo bajó de los cerros, la gente salió a las calles para exigir que se restableciera el orden de los Poderes y que el Comandante Chávez volviera a tomar las riendas de la Nación.
El tiempo ha transcurrido, hoy los ideales de Chávez el hombre que soñó la Patria Grande siguen allí, junto a ese pueblo noble que lo amó y lo amará desde el alma; mientras tanto, hemos sido decepcionados por saqueadores y traidores que han defraudado su confianza, otros permanecen disfrazados pero en algún momento se les caerá la máscara, y también contamos con un remanente de gente buena que trabaja, dispuesta a servir, a dar, a construir, que no se ha desviado del rumbo correcto; son héroes anónimos y están aquí haciéndose sentir, fortalecidos en la fe y la convicción de un mundo mejor, obrando correctamente por amor a la paz, la justicia y la equidad, así como el General Óscar González Ortíz quien sigue por ahí, caminando las calles de Chávez, las calles del pueblo, cumpliendo la misión de amor que el mismo Dios le ha encomendado.
Por: Deisy Viana / Déjame Contarte.
**Las opiniones expresadas en la presente publicación es responsabilidad del autor(a)**